Ángeles y demonios

No habéis sentido nunca como una especie de vocecitas que se pelean entre si? No penséis que sufro de alguna esquizofrenia extraña, vaya por lo menos de eso, que yo sepa, aún no padezco.

Cada una de ellas te empuja hacía dos caminos totalmente opuestos entre ellos. Tienen su propio discurso y se llevan extremadamente mal entre ellas. No existe pacto ni punto medio. No hay tregua.

Uno, nunca acaba de tener claro que es lo correcto, lo bueno y lo malo, lo feo y lo peor. Aclararemos por si las moscas, matar está mal, si. La idea con la que quiero que os quedéis, es que, lo que para uno es lo correcto, para otro no, lo que para ti es emocionante, para mí puede ser sumamente aburrido.

Hay ciertos límites, que de bien pequeños nos han impuesto, que mezclados con la ética y las costumbres de la sociedad en la que vivimos, hacen que generalmente nos comportemos de una manera u otra. Éstos son los que rigen lo que es correcto y lo que no.

El momento justo, en el preciso instante, en que sin saberlo cruzas el límite entre el bien y el mal, es cuando empieza ese duro y agotador debate mental. Estoy en lo correcto, hago bien, que consecuencias tendrá, me planto, continúo, freno, empiezo, cambio, hablo, callo…

Todo ello tiene un fin. Soy del parecer de que cuando nuestro coco, se planta en una decisión, poco podemos hacer nosotros para revocarla, entonces es cuando llega el momento de triunfar, equivocarnos o ganar.

Comentarios

  1. Y todo es tan inducido que ni podemos afirmar que nuestro es coco es nuestro. Filosofía regalada.

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