Internet mode

Que conste en acta, antes de empezar estas líneas, que un servidor respeta cada una de las diferentes opciones que cada uno decida emprender, siempre y cuando no causen un daño, sea cual sea, a terceros o a mi mismo, claro está.

Llevo días reflexionando sobre los mundos virtuales. Puntualizaremos antes, que si, yo he caído en la trampa de Facebook, por dar un ejemplo.

De algún modo siento como la gente, en general, está perdiendo de vista, de un forma desmesurada el mundo real y se está dejando llevar por el teclado de su ordenador hacia un submundo, en algunos casos inequívocamente irreal, hacía el maravilloso planeta virtual.
No hace falta viajar, muy atrás en el tiempo, para recordar cuando montábamos una cita/encuentro con nuestros colegas, con semanas de antelación, en un mundo sin móviles era prácticamente imposible anular esa cita y es más, la esperabas, yo, por lo menos, con devoción, ilusión y ansia. Actualmente, ya casi, ni los mails, ni móviles, sirven para ello, ahora todo funciona y se arregla con crear un evento en el Facebook y ojo, no nos equivoquemos y le demos al “asistiré” por equivocación, podría causar un trauma en alguno de tus “amigos virtuales”. En esas citas, es curioso como se llega incluso a la situación de echar de menos a gente…claro, es que no usan Facebook, malditos sean.
Más allá del Facebook…hay un submundo al que todavía hoy en día no soy capaz de entender, si respetar. Las maravillosas páginas de contactos. Actualmente para ligar, para muchos, basta con poner una foto en la que el perfil sea el adecuado, con pose de guaperas, recién repeinado y engominado describir tus gustos por la literatura, música y encontrar el amor de tu vida mientras te depilas las axilas.
Podéis llamarme “carca”…pero el amor de tu vida no es aquel que te encuentras andando por la calle mientras te das una ostia contra una farola?
Como alguien puede enamorarse de una persona sin olerla, sentirla o ni tan solo mirarla? Puedes creer lo que dice alguien que no conoces sin ver sus ojos?

Espero y deseo que todo esto no sea causa de miedos e inseguridades y sea una postura cómoda…en todo caso no se cual de las dos me da más “grima”.

Hagan lo que hagan, permitan que les de un consejo (¡!!si es que lo necesitan!!!) vivan con los pies en el suelo y no con las manos metidas en un teclado, descubrirán un nuevo mundo, el real.